Renací entre pesadas rocas de los latidos de un corazón,
Me puse de pie con los tobillos rotos y el alma despedazada,
Camine sobre llamas eternas que cubrían cada salida,
Recogí todos los pedazos de la niña que fui,
Estoy construyendo la escalera hacia mi paraíso desde los
cimientos,
Olvidarte sonaba sencillo, dejarte ir nunca lo fue.
El amor me hizo inmortal, tristemente no puedo morir a causa
de él.
Te necesitaba junto a mi frente a las tormentas que
perturban mi vivir,
Aferrado a mi piel, cantando juntos absurdas liricas de amor.
Aun carcomes mi mente y corrompes mi alma,
Alojaste tus demonios en mí y olvidaste volver por ellos.
Sufre, te lo mereces.
Sufre, te lo mereces.
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